Empresarios y economistas insisten con el atraso del tipo de cambio

Aunque el Gobierno celebra la desaceleración de la inflación y el equilibrio fiscal, importantes voces del mundo empresario y económico advierten sobre un problema de fondo: el atraso cambiario. Para muchos analistas, el tipo de cambio oficial luce bajo en términos reales y eso empieza a generar consecuencias en la actividad, en la acumulación de reservas y en la sostenibilidad del programa económico.

El empresario Eduardo Costantini se mostró optimista con el rumbo del Gobierno, pero planteó su preocupación por el valor del dólar. “Estoy más entusiasmado que en 2017. Pero el tipo de cambio puede estar atrasado, y eso afecta la actividad”, señaló. Desde su perspectiva, si el dólar oficial permanece en niveles bajos, se incentivan las importaciones, se desalientan las exportaciones y se profundiza el déficit externo. “Eso termina afectando a sectores como la construcción, la gastronomía y el turismo, que ya muestran señales de debilidad”, explicó.

Costantini alertó que sin una corrección en esta variable clave, el modelo podría enfrentar una presión creciente. “Argentina necesita reservas. El verdadero cuello de botella es la escasez de divisas. Si el tipo de cambio está bajo y no hay ingreso genuino de dólares, se genera una distorsión que puede volverse insostenible”, sostuvo. Según datos del Banco Central, el déficit del sector servicios en el primer cuatrimestre superó los 4.100 millones de dólares, una cifra que anticipa dificultades en la cuenta corriente.

En la misma línea crítica, Sebastián Menescaldi, economista de la consultora Eco Go, advirtió que el modelo económico “no es sustentable” si no se corrigen los desequilibrios externos. Señaló que la falta de dólares genuinos, la caída en la demanda de pesos y el nivel de tasas de interés ponen en duda la viabilidad del plan. “El esquema actual no se puede financiar sin cambios. No hay superávit comercial sólido, no hay acceso al crédito externo y hay vencimientos de deuda muy altos el año que viene. Se necesitan señales claras para sumar inversión extranjera directa”, explicó.

Para muchos analistas, el tipo de cambio oficial luce bajo en términos reales

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La clase media “estrangulada”

En tanto, Carlos Melconian, ex presidente del Banco Nación y referente económico del PRO, fue aún más duro. Consideró que el Gobierno opera sin un plan estructural y que se limita a aplicar medidas de ajuste con alto costo social. “La motosierra y la licuadora no alcanzan si no hay una bandera fiscal clara. Se toman decisiones con lógica de corto plazo y se patea el problema para adelante”, cuestionó.

Melconian también criticó el nivel de endeudamiento. “Se están endeudando para juntar reservas, pero no sin costo. Esa deuda hay que pagarla. No es verdad que no impacta. Estamos hipotecando el futuro”, expresó. Según su visión, el Gobierno mantiene una falsa apariencia de estabilidad cambiaria, dado que el cepo sigue vigente y el principal actor del mercado es el propio Estado.

Domingo Cavallo también alertó sobre los efectos de sostener artificialmente el atraso cambiario. A través de un artículo reciente, el ex ministro de Economía criticó la estrategia del Banco Central de utilizar reservas para contener el dólar oficial. “Pensar que se puede inducir una apreciación exagerada del peso mediante intervenciones cambiarias es un error. Ese camino puede llevar al fracaso del proceso de desinflación”, afirmó. En su análisis, sin equilibrio externo y sin acumulación genuina de reservas, la estabilidad es frágil.

Gabriel Rubinstein, quien fue viceministro de Economía en el último tramo del gobierno anterior, coincidió en que las metas de acumulación de reservas están lejos de cumplirse. Consideró un error que el Gobierno no haya aprovechado el ingreso de divisas de la cosecha para reforzar el balance del Banco Central. “Nos estamos resignando a que eso no suceda. Sin dólares, el riesgo cambiario se mantiene alto”, advirtió.

El economista Orlando Ferreres también se mostró preocupado por la competitividad del tipo de cambio. Señaló que si bien ayuda a contener la inflación, un dólar bajo pone en riesgo el crecimiento. “No hay superávit real. Si no se ajusta el tipo de cambio, en algún momento va a haber un impacto”, afirmó. El economista consideró que una cotización de entre \$1.100 y $1.500 sería más adecuada para evitar una crisis cambiaria.

Para la economista Anastasia Daicich, directora de la consultora Qualy, la baja inflación mayorista se debe, en parte, al atraso cambiario. Recordó que los precios mayoristas reflejan más el comportamiento de bienes transables, y que la apertura comercial también contribuye a bajar sus costos. “Con este esquema, los bienes transables pierden competitividad frente a los no transables”, observó.

En el plano productivo, distintos analistas remarcan que la inversión actual ronda el 19% del PBI, un nivel que no alcanza para impulsar una recuperación robusta. La construcción, uno de los motores tradicionales del empleo, se encuentra frenada por la falta de crédito y por el impacto de la política monetaria restrictiva.

Costantini, aunque valoró el orden fiscal y el enfoque de desregulación del Gobierno, sostuvo que aún falta una estrategia integral para consolidar el modelo. “Esto es más sensato y más consistente que lo anterior, pero necesita sustentabilidad. Después de las elecciones legislativas, hay que avanzar en reformas estructurales y también en la política cambiaria”, sostuvo. Y remató: “El tipo de cambio es como tirarle a un blanco en movimiento. Si no se calibra, puede haber consecuencias”.

"El Gobierno mantiene una falsa apariencia de estabilidad cambiaria, dado que el cepo sigue vigente”

Carlos Melconian, economista y ex presidente del Banco de la Nación Argentina

“Pensar que se puede inducir una apreciación exagerada del peso mediante intervenciones cambiarias es un error”

Domingo Cavallo, Ex ministro de Economía

“Si el tipo de cambio está bajo y no hay ingreso genuino de dólares, se genera una distorsión que puede volverse insostenible”

Eduardo Costantini, empresario