Con Eduardo Domínguez fortalecido, un cambio de paradigma en Estudiantes y ¿también de planificación?

En Estudiantes pasaron muchas cosas la noche del lunes. No fue un partido más. Y no solo por el resultado futbolístico que lo tuvo al equipo como ganador después de doce partidos en el torneo local, sino por la expresión popular de los hinchas en varios aspectos. El control ya no es exclusivo de nadie sino de todos.

Desde hace mucho tiempo que empezó el “Operativo Desgaste” con Eduardo Domínguez. Ya fue explicado la semana pasada en este mismo diario. Llegaron jugadores que no quería, le rodearon su área en el plantel, se tiró mediáticamente que estaba arreglada la llegada de Marcos Rojo y hasta le quitaron poder a su aliado en la secretaría técnica, Marcos Angeleri. En la previa del partido del lunes se instaló que fuese cual fuese el resultado se iba a ir. Es más, el propio Juan Sebastián Verón dijo horas antes del partido que si las cosas no mejoraban iban a tener que tomar medidas.

Domínguez, pese a todo eso y a sus muchos errores como entrenador, se sostuvo y recibió una ovación en la previa del partido. No había sucedido nunca de tal manera y claro que llamó la atención. Muchos lo tomaron como un cambio de paradigma porque los anteriores entrenadores que habían recibido ese fuego interno no resistieron y perdieron sus cargos. Ese cántico genuino de los hinchas fue tan importante como el triunfo. No pasó desapercibido de ninguna manera.

“Cuando se quiere instalar algo, yo ya sé que no lo instala la prensa, se lo tiene que decir alguien. Le doy más importancia a lo que yo puedo hacer. Siento el cariño de la gente, estoy agradecido, Estudiantes de La Plata me da mi lugar y me respeta, le agradezco a los jugadores también”, destacó en conferencia de prensa en la que remarcó que el día que no lo quieran más “Marcos (Angeleri), Agustín (Alayes) o el presidente... Sebastián (Verón) me lo dirán”.

Este fenómeno es nuevo. Otra vez, muchos técnico anteriores no resistieron. Es verdad que en sus espaldas tiene tres títulos conseguidos y eso ya lo pone de por vida en el hall de la fama Pincharrata. Pero el equipo llevaba doce partidos sin ganar en el plano local y hace mucho tiempo que no muestra un nivel convincente.

También fue llamativo lo que sucedió en las tribunas cuando estaba por terminar el primer tiempo. Desde el corazón de la tribuna se empezó a escuchar el cántico “Y Pincha ponga huevo...”, con el mismo ritmo que las hinchadas argentinas utilizan para el cántico más hiriente que dice “jugadores, la c... de su madre...”. Eso sucedió porque desde todos los sectores del estadio se entonó el cántico contra los futbolistas y quienes empezaron con la canción trataron de apagar el fuego pero ya era tarde.

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Por primera vez en muchos años los hinchas de la tribuna, de la platea y de los palcos mostraron su descontento contra los jugadores del primer equipo. El mensaje, esta claro, llegó y no pasó desapercibido. El equipo jugó con otra actitud el complemento y fueron sus referentes los que marcaron el camino: Ascacibar y Carrillo, aun con problemas físicos, dieron un plus por el equipo, por ellos y también por el entrenador.

Y el mensaje les llegó porque se pudo ver cómo Edwuin Cetré miró desafiantemente a la platea en su gol y el Ruso se tomó sus genitales en el segundo para mostrar que ponían todo en cancha.

¿Sinceramiento financiero? no más refuerzos por ahora

Pasan las semanas y los refuerzos no llegan a Estudiantes. Por eso ayer se supo que ahora la secretaría técnica analiza no sumar más jugadores teniendo en cuenta la situación económica que atraviesa el Club. Para algunos es un sinceramiento para no endeudar en el caso que no haya ninguna venta. Por eso se frenó la llegada de Enzo Copetti y otras más, mientras que se decidió que Edwuin Cetré se quede en el plantel a la espera de nuevas ofertas. Hasta nuevo aviso el Pincha no tiene negociaciones en carpeta y Domínguez se tendrá que arreglar con lo que tiene.